martes, 26 de abril de 2011

El Gobierno de Brasil lanza su gran reto contra la falta grave de mano de obra profesional

Tras haber reconocido el drama que las empresas brasileñas sufren por la falta de mano de obra, el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff lanzará en los próximos días un programa nacional de acceso a la enseñanza técnica que estará vigente hasta 2014 y que ayudará a tres millones y medios de jóvenes en activo y parados. El plan responde a la petición lanzada por las grandes empresas, comenzando por el gigante Petrobrás, que están teniendo que importar técnicos y profesionales de todas las áreas y países, incluido Japón, y ante la gran falta de obra calificada, lo que lleva a las empresas a aumentar enormemente el costo del trabajo.
El Director del Instituto Internacional de Economía Fernand Broudel, Norman Gall, asegura que parte de la competitividad de Petrobrás está comprometida, entre otros motivos, "por la falta de técnicos". Según Gall los costes en Brasil de la petrolífera son superiores en un 55% a los precios mundiales para equipamientos al no poder ofrecer un sistema crítico de alta tecnología. El economista afirma que en Petrobrás "con la escasez de profesionales calificados", usan hasta seis veces más hombres que las firmas extranjeras que realizan proyectos parecidos.
Para salir al paso de esa "maldita encrucijada", como la ha calificado un empresario brasileño, el Gobierno ha movilizado a los ministerios de Educación, de Economía y el de Trabajo. Con el plan se prevé la enseñanza técnico profesional en la enseñanza media, para los trabajadores beneficiados con el programa social Bolsa Familia, para los desempleados (un 6%) así como dar incentivos a las empresas privadas para que puedan formar sus cuadros.
El programa se asegura solo en este año medio millón de trabajadores de los tres millones y medio previstos que serán sean formados profesionalmente hasta 2014. En el campo de la educación serán contratados tres mil profesores en los institutos de educación, ciencia y tecnología, así como 1.800 técnicos administrativos para dichos institutos. La previsión del Gobierno es llegar a tener 400 escuelas profesionales.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, famosa por exigir a sus ministros y colaboradores tareas muy concretas, se juega con esta iniciativa clave para el crecimiento económico del país todo su prestigio en estos cuatro años de Gobierno. Esta vez, el poder está en sus manos. Cuando ella aún era ministra de la Casa Civil, durante el Gobierno del expresidente Lula da Silva, había sido anunciada, por ejemplo, la construcción de un millón de casas populares. De momento, sólo se han construido 160.000 y el 70% de ellas no han llegado a las manos de los más pobres.

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